Para mí la pintura es un proceso de continuo aprendizaje, de continua exploración, un dialogo profundo con nosotros mismos y por ello cuando pinto encuentro paz.
La serie de Paisajes Etéreos, como su nombre lo indica son paisajes pertenecientes a un mundo sutil, vaporoso que no está muy claro en mi mente antes de iniciar a pintar. Son pinturas entre abstractas y con cierta figuración que va apareciendo de la mancha húmeda. El dialogo que tengo a través de estas pinturas es un dialogo que sucede constantemente en mi mente: la preocupación que tengo por el mundo natural que puede estar desapareciendo si no hacemos algo significativo por él justo en este momento.