Al ser un espacio propicio para el encuentro y el entretenimiento, el río fomenta no solo el fortalecimiento de las relaciones sociales entre los habitantes de comunidades aledañas, sino la calidad de vida individual y colectiva local.
En esta fotografía de una de las ciénagas del Río Magdalena, se muestra a toda una familia tomando un baño en horas de la tarde, momento que puede suponer el encuentro después de un día de estudio y trabajo, previo al anochecer y al descanso. La vida familiar también tiene cabida en la cotidianidad del río Magdalena, siendo potenciador de relaciones afectivas cercanas y de estados de bienestar.