Cuando pinto me entrego por completo, es así que cada trabajo representa una parte de mí, de mis intereses, de lo que me gusta, de mis algregrías, mis tristezas y las cosas que no son tan bonitas, es decir en mi pintura muestro mi condición humana lo imperfecto y lo perfecto que puedo llegar a ser.
De esta manera quien se lleva un trabajo mío, se lleva algo de mi esencia y la experiencia acumulada de estudios, investigaciones y procesos creativos.